10.8.11

pasan los días como se deshoja esa margarita que es un almanaque de esos que ya no están en la casa de mi abuelo
(como entonces, espero la delgadez de diciembre, su calor y sus dones)
el tiempo pasa lento pero en realidad es implacable como siempre aunque yo todo lo veo a través del cristal de una sonrisa

el pequeño compañerito nada y salta
pero sólo a veces
cada vez menos pequeño
como todos

2 comentarios:

Ariel dijo...

la evolución de lo humano, en apenas nueve meses. De renacuajo a bípedo con sonrisa, como por un tubo.
El tiempo, el que no para, nos lleva hacia él.
Y nosotros vamos contentos.

Malala dijo...