19.5.10

volvés de las vacaciones y te duele la panza, vas al médico y te encuentra algo, te hacés un estudio y los algos son dos, te hacés otro estudio y los algos son cuatro, entrás a operarte con un cagazo de novela y salís creyendo que volás, los siete algos que finalmente te sacaron son inocuos pero ahora que no están han dejado siete tajos del lado de adentro más uno en cada capa que andá a saber cuántas son, con alegría te despedís de tus algos pero mucho no te podés mover y cuando te reís te duele, te ponés una faja pero te molesta, te dan unas drogas hermosas pero cuando volvés a tu casa te tenés que arreglar con el ibuprofeno de siempre, te despertás tosiendo y creés que te morís que te rompés que te desgarrás pero no pasa nada excepto que te duele, la vida transcurre plácida y el amor te acompaña y te cuida, cada día te sentís mejor y empezás a recuperar la normalidad, el penúltimo día de la licencia cuando exprimís el ocio hasta tratar de secarlo entra un ladrón en tu casa mientras estás echada en el sillón, lo ves recién cuando lo tenés encima, te dice que no grites pero la garganta hace lo suyo inmediatamente, él te quiere callar y te pega una piña y vos le pegás y seguís gritando ay pero pensás que es poco y gritás socorro pero eso mucho no dice y gritás llamen a la policía hay un tipo en mi casa mientras el tipo te pega y le pegás y seguís gritando mientras esperás que alguien te escuche, te da un rodillazo en la cabeza y agarra tu computadora y sale corriendo por donde entró, se asoma un vecino y te pregunta qué pasa, viene la policía y le contás, te dicen que tenés que ir a la comisaría y vos decidís que será mañana, te ofrecen llamar a una ambulancia pero no es para tanto, te dicen que te laves la cara porque la tenés manchada, te ves en el espejo y tenés la boca rota y el cuello arañado y el agua no te lava el estupor, llegan los que te quieren y ya vas por la quinta vez que contás la cosa en menos de veinte minutos, tratan de contenerte pero la noticia les hace mal, pasan las horas y seguís impávida, ocurre el milagro y el abrazo te saca un llanto, cae una lágrima y son miles, el llanto te dura un par de días pero parece que es necesario, el llanto es necesario  y también es contagioso, sos grande pero te sentís chiquitita, la vida cotidiana está enrarecida y te da miedo estar sola en tu casa pero en algún momento ocurre...
entonces, presa de la manía y no de la “sensación de inseguridad”, escribís esto y lo posteás y te vas a fijar qué hay en la heladera aunque más bien estás pensando en llamar al chino