A veces me pasa que leo o escucho algo que me produce reverberaciones del presente, esto es: una cadena significante me cae como anillo al dedo para explicar algo que me anda pasando; son cosas que puedo saber o no… pero cae la frase y termino diciendo: “Ah, ahora entiendo”.
La explicación viene a cuento de que recién termino de ver Silvia Prieto y, en medio de muchas líneas de diálogo que me sentaron simpatiquísimamente, escuché lo siguiente: “Esa mujer tiene el diablo en el pelo”.
Bueno, así me siento yo estos días: mi peluquero está desaparecido, su casilla de mensajes está llena, aparentemente el celular que tenía ya no existe, me da pánico ir a probar con uno nuevo y la cantidad de clips que necesito para sujetar los rulos está creciendo de forma alarmante.
La explicación viene a cuento de que recién termino de ver Silvia Prieto y, en medio de muchas líneas de diálogo que me sentaron simpatiquísimamente, escuché lo siguiente: “Esa mujer tiene el diablo en el pelo”.
Bueno, así me siento yo estos días: mi peluquero está desaparecido, su casilla de mensajes está llena, aparentemente el celular que tenía ya no existe, me da pánico ir a probar con uno nuevo y la cantidad de clips que necesito para sujetar los rulos está creciendo de forma alarmante.
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